Felicidad en el trabajo. ¿Aprendemos?

        La felicidad es un tema recurrente en nuestros posts. Es el tema que casi siempre sale en los procesos de Coaching, y es un tema que casi siempre sale en los cursos de formación. Las personas queremos ser felices. Queremos aprender a serlo. Queremos darnos permiso para serlo. Y muy especialmente en el trabajo, donde pasamos la mayor parte del día.

El origen de la palabra trabajar procede del latín tri (tres) pallium (palos), un yugo en el que amarraban a los esclavos para azotarlos. De ahí deriva el sentido de sufrimiento del trabajo, “sudor y sangre”, dolor, castigo, cansancio… En su origen la palabra se asociaba al esfuerzo físico de los trabajadores del campo.

En el siglo XXI se están formando nuevos paradigmas para el desarrollo de las personas. Paradigmas de posibilidad en los que las personas se entienden como sistemas abiertos y sistémicos. Paradigmas relacionales y no dicotómicos. O en casa o en el trabajo, o disfrutando o trabajando, o razón o emoción… ¿Por qué no “en casa y en el trabajo”, “disfrutando y trabajando”, “razón y emoción”?

Cada vez son más las personas que reivindican la posibilidad de desarrollarse profesional y personalmente a través del trabajo. Mediante el trabajo adquirimos no sólo capacidad económica para vivir, adquirimos una identidad social que nos lleva hacia la auto-realización. El pensar en disfrutar con lo que uno hace al final no es más que una elección personal. Tú puedes decidir estar harto de tu trabajo o puedes decidir disfrutar con tu trabajo. Joan Elías tiene una frase genial para esto “con agua y jabón, motivación”, porque tú cada mañana decides qué pilas ponerte para vivir ese día. No deja de ser, como decía Carlos Hernández, cuestión de las gafas que te pones para ver tu vida.

¡Sí! Definitivamente las personas podemos decidir si sufrir con nuestro trabajo, o por el contrario, llevarlo con +actitud+. Gran parte del trabajo que realizamos se sitúa en esta línea: Orientación al Logro, Auto-liderazgo, +Actitud+, Emociones capacitantes, Coaching… Son todos ellos títulos que giran en torno a un mismo tema: aprender a gestionar nuestra vida de forma consciente y proactiva, sintiéndonos más capaces, ganando en aquello que nos hace más humanos, nuestra capacidad de decidir. Adquirir el protagonismo y dejar de ser meras comparsas en su propia vida; eso es lo que la mayoría de las personas en nuestra formación y Coaching desean.


A ser feliz también se aprende. Un ejercicio que propone la Psicología Positiva para incrementar nuestra felicidad es anotar cada día tres cosas por las que te sientes agradecido, y durante 8 semanas. Los estudios señalan que al cabo de ese tiempo las personas que hacen este ejercicio indican sentirse un 25% más felices. Es cosa de hábito. Es cosa de acostumbrar a nuestro cuerpo a los neurotransmisores, como la serotonina que nos hace sentirnos felices. Es cosa de acostumbrarnos a valorar nuestra vida. Es nuestra responsabilidad personal.

Y además, no estamos solos en este empeño. Jornadas como ésta, organizada por Aedipe, ponen el énfasis en la cultura que una Organización puede fomentar en este sentido. Y no es por un tema banal: indicadores de gestión como el incremento de la productividad, la disminución de conflictos o la disminución del absentismo, pueden asociarse a un incremento del “sentimiento de felicidad” en el trabajo.

Aedipe ha elaborado el siguiente decálogo, después de analizar los resultados de una encuesta a la que respondieron más de 250 directivos y que recoge las prácticas que tendría que hacer la Organización y los directivos para crear una cultura de felicidad en el trabajo.

Decálogo de la felicidad

1- Escucha la diversidad de cada empleado
2- Fomenta que cada persona autoevalúe su potencial
3- Potencia el talento personal y profesional
4- Otorga autonomía y responsabilidad en el desempeño
5- Garantiza la tolerancia y la colaboración de todos los equipos profesionales
6- Acuerda flexibilidad individual y colectiva
7- Promueve el trabajo digno y la protección social
8- Vincula la productividad a objetivos medibles que añadan competitividad
9- Recompensa a mandos y directivos comprometidos con la felicidad en el trabajo
10- En resumen, crea felicidad en el trabajo para aumentar la productividad.

Parece que la felicidad está siendo asumida como una necesidad y como un bien al que aspirar tanto por las personas, como por las Organizaciones. Estamos empezando y aún nos queda mucho trabajo, entre otros... ¡aprender a ser felices!