La Honestidad


Todos deseamos que quienes están cerca a nosotros, y también las personas que desempeñan cargos de representación pública, nos digan siempre la verdad. Es por ello, que la HONESTIDAD es un valor relacionado con la decisión de actuar conforme a la Verdad y la Justicia, que igualmente debe ser vivido con humildad. Por tanto es honesto quien actúa y habla de conformidad con lo que considera correcto, pero que no hace de tales actuaciones un escenario teatral para ser re-conocido por los otros. Así, reconocerá de cada uno lo que le corresponde y actuará con base en sus propios principios.

Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que, como nosotros, "son como son" y no existe razón alguna para esconderlo. Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la persona honesta.

La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de decir la verdad) sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible de reconocer. Por esto es muy difícil que siendo político se actúe con honestidad, pues los intereses políticos, de caudillos, de poder, de posicionamiento publicitario, e incluso económicos actúan como fuertes barreras. Igualmente, el simple hecho de comprometer la palabra de un líder en defensa de todos los dirigentes de una organización, se convierte en un obstáculo, pues absolutiza como irreprochable la actuación de personas que seguramente tienen defectos, errores e incluso actuaciones deshonestas.

¿Cuál seria una manera HONESTA de ejercer la política? Diciendo, tenemos estas propuestas y estas personas, haremos lo posible por sacarlas adelante, pero NO PODEMOS GARANTIZAR que no fallaremos. ¿Actuarán así?

Lo que NO es la honestidad:

- No es la simple honradez que lleva a la persona a respetar la distribución de los bienes materiales. La honradez es sólo una consecuencia particular de ser honestos y justos.

- No es solo reconocimiento de las emociones "así me siento" o "es lo que verdaderamente siento". Ser honesto, además implica el análisis de qué tan reales (verdaderos) son nuestros sentimientos y decidirnos a ordenarlos buscando el bien de los demás y el propio.

- No es la desordenada apertura de la propia intimidad en aras de "no esconder quienes realmente somos", implicará la verdadera sinceridad, con las personas adecuadas y en los momentos correctos.

- No es la actitud cínica e impúdica por la que se habla de cualquier cosa con cualquiera… la franqueza tiene como prioridad el reconocimiento de la verdad y no el desorden


El término "TRANSPARENCIA" con el cual se quiere señalar HONESTIDAD, limita y reduce este valor, pues la TRANSPARENCIA básicamente hace referencia a actual con claridad y lo que se ve NO SIEMPRE corresponde a lo que NO SE VE.


.- No es simple TRANSPARENCIA, porque la actuación honesta debe incluir absolutamente todos nuestros actos, los ocultos y los que se hacen a la luz publica.

Hay que tomar la honestidad en serio, estar conscientes de cómo nos afecta cualquier falta de honestidad por pequeña que sea… Hay que reconocer que es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad y la auténtica vida comunitaria. Ser deshonesto es ser falso, injusto, impostado, ficticio, demagogo. La deshonestidad no respeta a la persona en sí misma y busca la sombra, el encubrimiento: es una disposición a vivir en la oscuridad y sobretodo defender el interés individual aun a expensas de los demás.

La honestidad, en cambio, imprime a la vida confianza, sinceridad y apertura, y expresa la disposición de vivir a la luz, la luz de la verdad. Es un Valor Universal, que puede y debe ser enarbolado por cualquier persona, creyente o no, y que indudablemente tiene en el cristianismo su principal defensor.





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